martes, 15 de enero de 2008

Hay días en los que como hoy siento que la vida se abalanza sobre mi, como gato con uñas afiladas, de improvisto, sin avisar, sin dar tiempo a la huida, a moverme, a marcharme lejos...otra vez esas ganas de huir de no sé qué, de parar el mundo y gritar que no quiero ser adulta.
No sé si ha sido el detalle de saber el color de los calcetines del cadáver, o el dinero exacto que este llevaba en el bolsillo, su marca de tabaco, y la fecha en la que no cumplirá más días; o esa lluvia que ha bañado toda la ciudad tiñendo toda cosa viviente de gris .
No sé que coño ha traído el viento hoy consigo, pero se ha llevado un poco de esa arena que me hace recordar quién soy.
Seguramente mañana, al leer el poema del día, al salir a la calle con botas de agua y al dejarme arañar por esta gata , por esta vida, me sienta más fuerte , me sienta más interesantemente viva.
Si no es así, daré un paseo sobre mi viejo dragón, o me comeré un buen plato de jamón.

No hay comentarios: